La principal novedad que ha destacado sobre todas las demás es su cambio de diseño. En comparación con el resto de modelos de otras marcas parecía que la pantalla del iPhone se estaba quedando pequeña. Por eso Apple ha decidido incrementarla de 3,5 a 4 pulgadas, lo que permitirá incluir una fila más de aplicaciones en su pantalla de inicio. Además será más fino y ligero que el anterior. O lo que es lo mismo, pesa 112 gramos y tiene un grosor de 0,76 centímetros. La carcasa es de cristal y aluminio anodizado de la serie 6.000 (suena a chino, pero a quienes tengan un portátil de Apple les parecerá familiar, pues es el mismo material de su carcasa). Los modelos color blanco y plata llegan con incrustaciones de cristal cerámico, mientras que el modelo negro y grafito incluye cristal pigmentado.
El interior del nuevo smartphone tiene un chip A6 que es el doble de rápido que su predecesor (el A5) pero un 22 por ciento menos de tamaño. Este procesador permitirá, junto con las mejoras de conectividad que el nuevo iPhone corra más rápido todavía. Sus nuevas posibilidades de conexión le permiten acceder a todas las redes del mundo, HSPA, HSPA+ y DC-HSDPA y LTE incluidas.
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